Energias Renovables
Los argentinos nos caracterizamos, entre otras cosas,
por hacer magníficos planes que nuestros legisladores
plasman en leyes y que abandonamos luego sin pena ni
gloria.
Recuerdo uno de estos casos, hace mas de veinte años
se nos ocurrió reemplazar un 15% de la nafta
que se consumía en el país por alcohol,
el plan se llamó alconafta y aparte de beneficiar
a la industria azucarera, proveedora del alcohol, beneficiaba
a todo el país reduciendo el consumo de petróleo.
Se implementó en una primera etapa en las provincias
del norte, para ello la industria azucarera solo requirió
ajustes menores, quedaron otras provincias, Córdoba
entre ellas, para una segunda etapa “que nunca
se concretó” y que requería modificaciones
mayores e inversiones fuertes por parte de esta industria.
No solo nunca se concretó la segunda etapa sino
que al tiempo abandonamos todo el plan y hoy ya ni nos
acordamos del mismo.
Entonces hoy “Ley 26.093 del 12/05/2006“
nos ponemos un objetivo de lograr el 5% de alcohol en
naftas para el año 2010, parece un chiste
pero es una triste realidad.
Nuestros vecinos brasileros, más coherentes que
nosotros, mantuvieron su programa de utilización
del alcohol como combustible y el siglo XXI los encuentra
posicionados primeros en la grilla de partida.
El presidente Bush, calificativos aparte, algo conoce
de la industria petrolera, como que lo mamó desde
la cuna y convencido de que su política de apropiación
de los yacimientos petrolíferos del mundo no
va a servir en algunos años mas porque el subsuelo
de la tierra va a estar tan seco como el Sahara, ya
está pensando con que sustituirlo y fue al pié
buscando socios, ¿a quienes creen? No a nosotros
sino a nuestros vecinos.
Mientras tanto nuestros productores rurales, preocupados
por mantener el precio actual de la soja por muchos
años mas, presionan para que produzcamos “biodiesel”
¿volveremos a repetir el plan alconafta?.
Que el petróleo se acaba ya no quedan dudas,
la única diferencia entre optimistas y pesimistas
es en cuantos años se acaba, claro que ahora
nos queda pendiente la discusión con los apocalípticos
¿o realistas? que piensan que antes se va a acabar
el mundo, calentamiento global mediante.
Quienes hayan incursionado de algún modo en la
generación de energía eléctrica
recordarán que cada vez que en Argentina se planteaba
la generación hidroeléctrica aparecía
la bienamada “central térmica equivalente”
que arruinaba cualquier proyecto.
Para doña Rosa: la central térmica equivalente
es una usina capaz de producir la misma cantidad de
corriente pero consumiendo petróleo o gas y que
invariablemente costaba menos y se podía hacer
en menos tiempo.
Gracias a ello hoy (datos de 2005) solo el 33,5% de
la generación eléctrica en Argentina es
hidráulica y el 56% es térmica, esto sin
contar un 7% nuclear que en definitiva también
es térmica, para doña Rosa quiere decir
que mas de la mitad. de electricidad que consume es
producida con el mismo gas que usa en su cocina o calefón
y que usa su esposo en el auto o con derivados de petróleo
para desesperación de los productores rurales
que no consiguen gas oil para sus máquinas o
tractores y de los industriales que no saben con que
gas harán funcionar sus fábricas en el
invierno.
Mientras tanto quedaron en el camino y en el olvido
proyectos como el del Paraná medio que podrían
haber cambiado totalmente la ecuación.
Nuestros vecinos, parece que no les explicaron lo de
la “central térmica equivalente”
pues el 95% de su generación eléctrica
es hidroeléctrica que, por si no lo pensaron,
es renovable, y un 3,5% es nuclear.
Cuando el petróleo, el gas y el carbón
desaparezcan o se conviertan en bienes muy escasos vamos
a necesitar de todas las formas de energía aprovechables
para reemplazarlos.
Veamos en un repaso rápido cada uno de ellos.
Energía nuclear: la energía nuclear, después
de Chernobil pasó a ser mala palabra, un símbolo
del holocausto mundial y muchos países decidieron
eliminarla de sus opciones o por lo menos no proyectar
nuevas centrales pero eso ocurrió (tiempo pasado),
hoy, “la necesidad tiene cara de hereje”
esos mismos países están reconsiderando
sus políticas al respecto y pasó a ser
nuevamente una opción válida, “debemos
aclarar que en el interín se avanzó mucho
en el diseño de sistemas de seguridad para estas
centrales” pero los riesgos siguen siendo los
mismos, la posibilidad de un accidente y que hacer con
los residuos radiactivos.
Energía hidroeléctrica: Sigue siendo una
opción importante pero no carente de riesgo,
por un lado la disponibilidad de agua para que funcionen
que abre una incógnita con los cambios climáticos
que se están produciendo, al respecto nuestros
vecinos brasileros, muy dependientes de este modo de
energía, pasaron serios apuros hace poco tiempo
a causa de una sequía prolongada; por otro lado
traen consecuencias ambientales como la inundación
de grandes áreas por los lagos artificiales,
desplazamiento de población, cambios climáticos
locales, modificaciones en la flora y la fauna. Existe
una variante que va tomando alguna importancia, el uso
de microturbinas para aprovechar pequeños saltos
de agua, al respecto existen desarrollos en nuestro
país, en Neuquén y Misiones.
Energía mareomotriz : El aprovechamiento de las
mareas para generar energía es conocida desde
hace mucho tiempo y se utilizó en países
de Europa a pequeña escala, actualmente existen
estudios en diferentes partes del mundo donde las mareas
adquieren valores muy importantes y nuestra Patagonia
está dentro de esos lugares, el método
mas simple es cerrar la desembocadura de un río
en estas zonas y aprovechar la diferencia de altura
del agua dentro y fuera del embalse así formado
para hacer funcionar las turbinas, pero no es oro todo
lo que reluce, existen momentos de máxima producción
coincidentes con la pleamar y con la bajamar seguidos
por períodos de producción cero cuando
las alturas se nivelan, además los ríos
tienen la mala costumbre de arrastrar sedimentos (arena,
limo, etc.) y al frenarse la vena líquida por
el dique depositan esos sedimentos dentro del embalse
colmatándolo (llenándolo), esto aparte
los cambios en la salinidad del agua aguas arriba en
el río, la barrera a los peces que ingresan a
desovar y otras lindezas, en rigor los problemas ambientales
son de tal magnitud que existe una sola central comercial
en el mundo ubicada en Francia, el resto son experimentales
y para estudio. Ahora en nuestra Patagonia existe un
caso excepcional en la península de Valdez, los
golfos Nuevo y San José, debido a la distinta
orientación de sus bocas tienen diferencias horarias
en sus mareas y están separadas por solo 5 Km.
en la base de la península, no existiría
el peligro de colmatación ni de cambio de salinidad
ni de frenar el paso de los peces y algunos hablan de
la posibilidad de generar 1GW de potencia, sin ser tan
optimista creo que merece un estudio profundo su posibilidad
de aprovechamiento teniendo en cuenta los riesgos ambientales
que puede generar sobre todo porque se trata de un área
muy sensible.
Energía solar : La energía solar, tanto
en su variante térmica como fotovoltaica parece
destinada a pequeños emprendimientos, en el caso
de la fotovoltaica sus costos la dejan fuera de competencia
como proveedora de la red general de energía
eléctrica (costos de inversión estimados
entre 2500 y 3000 U$S/Kw contra 250 a 400 U$S/Kw para
usinas térmicas tradicionales), resultando competitiva
para pequeños consumos alejados de la red, y
en su variante térmica en Argentina nunca pudo
pasar de la etapa de promesa por la competencia insuperable
del gas natural (fuertemente subsidiado) y la falta
de una adecuada política de promoción,
en otros países como Israel, son una realidad
y efectúan un buen aporte al mix energético.
De cualquier modo, por tratarse de una fuente de energía
dispersa, se presta mas para los micro emprendimientos
que para la creación de grandes usinas concentradas
como ocurre con las energías hidroeléctrica
y térmica por uso del petróleo y derivados.
Biocombustibles : Suenan como los reemplazantes naturales
del petróleo y derivados como combustibles para
vehículos, por lo menos en una transición
pues requieren mínimos o nulos cambios en los
motores actuales para su utilización y pueden
usar la infraestructura existente para su distribución
y comercialización. Básicamente son dos,
el etanol como reemplazante de las naftas, se obtiene
fundamentalmente de la destilación de caña
de azúcar y el maíz y el biodiesel que
se puede obtener del aceite de soja, de colza, etc.
y que reemplaza el gas oil, en mi opinión serán
el puente entre el final del petróleo y derivados
y las nuevas tecnologías requeridas por el hidrógeno.
La utilización de estos combustibles son objeto
de debate pues utilizan como materia prima alimentos.
Algunos expertos desestiman esta especulación,
al menos para nuestro país pues consideran que
siendo exportadores agrícolas tenemos saldos
suficientes como para autoabastecernos de combustibles
sin restringir la oferta como alimentos.
Concuerdo con ellos que podemos autoabastecernos y aún
exportar biocombustibles pero lo que obvian dichos análisis
es que nuestro país es uno de los mayores exportadores
de granos del mundo y que su retiro total o parcial
de los mercados incidirá sin duda alguna en la
cotización mundial de dichos granos y tendríamos
que ser muy ingenuos para pensar que algún productor
rural está dispuesto a resignar un solo peso
de lo que puede obtener en el mercado mundial por simple
patriotismo para fabricar biocombustibles por lo que
tendremos que acostumbrarnos a combustibles substancialmente
mas caros .
Tanto en su uso como en su refinación contaminan
la atmósfera con los mismos gases que los derivados
del petróleo, cuentan a su favor que todos ellos
consumen CO2 para el crecimiento de los vegetales que
sirven de materia prima por lo que el balance es positivo
comparado con los derivados del petróleo pero
debemos considerar también la degradación
de los suelos producto de los monocultivos y seguramente
aumentará la presión para deforestar los
bosques nativos y convertirlos en campos de cultivo.
Energía eólica : He aquí una gran
promesa de futuro para nuestro país. Dios generoso
puso el viento en nuestra Patagonia capaz de generar
suficiente energía como para proveer varias veces
nuestras necesidades, algunos expertos hablan de la
posibilidad de abastecer de energía al mundo
entero al nivel de consumo actual o de convertir a nuestro
país en el Kuwait del hidrógeno.
Desgraciadamente, al menos hasta ahora, nos falta el
Mosconi del petróleo argentino con la determinación,
la voluntad y el peso político como para dar
el vigoroso empuje que requiere.
El puntapié inicial, obra de la iniciativa privada,
lo dio una Cooperativa en Río Mayo (Pcia. de
Chubut) en el año 1989.
En el año 1998, fruto de las presiones de las
cooperativas y fundamentalmente de Greenpeace, se promulga
la ley 25019 de la energía eólica y solar,
la que fue reglamentada parcialmente en el año
1999 por el Decreto 1597 merced a los cuales se otorga
subsidios a la actividad, también la provincia
de Chubut ha promulgado legislación provincial
al respecto y mas recientemente la provincia de Santa
Cruz ha iniciado un desarrollo conjunto con la municipalidad
de Pico Truncado y la empresa INVAP de Río Negro
destinado a generar energía eléctrica
y producir hidrógeno en la localidad con intención
de fabricar en el lugar grandes aerogeneradores. Además
la empresa IMPSA wind (Pescarmona) de Mendoza está
desarrollando la fabricación de grandes aerogeneradores
ya en etapa de producción e instalación.
Hasta ahora las granjas eólicas instaladas son
emprendimientos privados (cooperativas), se hicieron
con intención de abastecer su red propia evitando
la compra de energía al MEM (mercado eléctrico
mayorista) y no de vender esa energía con excepción
de Pico Truncado que funciona como planta piloto de
experimentación y formación de recursos
humanos.
Lo importante es generar electricidad para ingresar
a la red y el excedente utilizarlo para producir hidrógeno,
el que puede ser transportado por los gasoductos o exportado.
El ingreso de energía a la red va de la mano
con la integración de la Patagonia al sistema
interconectado nacional.
El problema es que el viento no es permanente ni siempre
tiene la misma velocidad lo que lo convierte en una
fuente menos confiable para el MEM pero ideal como complemento
de otras fuentes como la hidráulica pues permite
mantener las reservas de agua .
Se estima que los costos de inversión en aerogeneradores
son de alrededor de 750 a 1250 U$S/Kw, similares a los
de una central nuclear y substancialmente superiores
a los de una central térmica tradicional (250
a 400 U$S/Kw) pero con la diferencia que el combustible
es gratuito y no se generan residuos a la atmósfera
ni desechos radiactivos, otra diferencia es que cada
aerogenerador que se instala se puede poner en producción
de inmediato sin esperar a terminar toda la obra.
En este momento se considera que la de los grandes aerogeneradores
es la 3ª industria mundial por su nivel de crecimiento,
después de los teléfonos celulares e Internet
siendo los europeos quienes llevan la delantera pese
a que gran parte de la generación se esté
proyectando en el mar, por la calidad de los vientos
y la superpoblación costera, dos problemas que
en nuestra Patagonia no existen.
Para tener una idea de la potencialidad de nuestra Patagonia
tengamos en cuenta que en Europa consideran buenos vientos
un promedio de 7m/seg mientras que en varios puntos
de la Patagonia el promedio está por encima de
los 9m/seg siendo que la potencia varía con el
cubo de la velocidad, con el agregado que las instalaciones
pueden realizarse en tierra firme sin inconvenientes
para la población por su baja densidad demográfica.
Aquí, una vez mas, la alternativa es vendemos
materia prima sola o con valor agregado, el viento es
nuestro y eso no se discute pero la disyuntiva es importar
aerogeneradores, armarlos en el país bajo licencia
o hacerlos con tecnología propia.
Por el momento el mercado está muy restringido
por los bajísimos precios de la energía
eléctrica fruto de los combustibles subsidiados.
Mientras en Alemania y Dinamarca se habla 125 U$S/Mwh
en Argentina estamos en 30 U$S/Mwh . a estos valores
resulta impensable, por lo menos para la actividad privada.
La instalación de granjas eólicas marinas
en el Mar del Norte y Báltico (Alemania tiene
proyectos hasta 45 Km. costa afuera) obliga, por una
cuestión de costos, a diseñar aerogeneradores
de mayores dimensiones, convirtiendo en obsoletos los
actuales en el orden de 1Mw. por lo que, para ellos,
constituye una muy buena oportunidad continuar fabricándolos
aquí sin nuevos costos de investigación
y con una mano de obra mas barata.
En este momento Argentina necesita con urgencia combustibles
y aumentar la generación eléctrica al
mismo tiempo, de las crisis surgen las oportunidades,
¿estarán nuestros dirigentes políticos
a la altura de los requerimientos?
¿Darán un fuerte impulso a la energía
eólica para cambiar la matriz energética
nacional? ¿Apoyaran las iniciativas existentes
para que contemos con nuestra tecnología propia
o importaremos equipos y eventualmente los armaremos
aquí bajo licencia o continuaremos construyendo
centrales térmicas tradicionales y consumiendo
el poco petróleo y gas que nos queda?
Estamos en instancias preelectorales que debiéramos
aprovechar para exigir políticas claras al respecto.
Raúl E. Defagot